lunes, 10 de enero de 2011

Lo tenías allí delante.

Lunes. Madrid llueve.
Y es uno de esos días en los que no llevas paragüas, estás cansada y tienes que andar entre el barullo del centro. Andas mientras las lluvia choca contra tu pelo y tu cara se humedece por el frío.No quieres estar ahí.
Retrocedes con la memoria al momento en que tomaste la decisión que te ha llevado hasta ahí. A estar ahí, así. Si pudieses elegir de nuevo, habrías tomado otra elección. En su momento pensaste que las cosas saldrían bien, que acertarías, que esa era tu jugada diez. Pero olvidaste que las cosas no siempre salen bien, que a veces nos aceleramos o frenamos en el momento inadecuado y, ¡pum!, chocamos.
Olvidaste que no todos los que empezaron a tu lado lo estarían para siempre. Y les distes todo, te distes a ti misma. Pensaste que tus palabras te salavarían siempre, pero no te acordaste de aquellos peligros que no afrontan las palabras. Y sí, creíste que todavía no era el momento perfecto para besarle. Querías esperar a un sitio mejor, más bonito, donde tu corazón no latiese tan rápido, cuando estuvieras más preparada, sin miedo.
No, no querías besarle en aquel sitio. Un lunes, lloviendo en Madrid, sin paragüas, cansada y empapada. Chocando contra el barullo del centro, con la lluvia chocando contra tu pelo.


'Buscaste el momento perfecto, y no te diste cuenta de que estaba allí delante. Esa era la elección. La que perdiste, y la que nunca volvió'
[... Las cosas solo pasan una vez en la vida, es el momento de hacerlas...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario