martes, 25 de enero de 2011

Cerca de tu adiós


Tengo que olvidarme de ti.
Porque necesito acordarme de mi. Ser yo. Hace tiempo que me he perdido a mí misma, a mis manias, a mis ganas, a mi risa loca. Hace tiempo que fumo y bebo sin medida ni consideración alguna. Ya no busco razones lógicas, ni besos de película, ni nada que sea eterno. Desde que te has ido, nosé, las cosas han cambiado tanto por aquí. El aire ya no huele igual, la grúa de en frente ha desaparecido, rompí la costumbre de comprar donetes y de buscarte con la mirada inquieta por la ventana.
Y claro que las cosas cambian, pero yo sigo exactamente igual. Aquí sentada, como antes, pero sin ti.
Y sí, cuando la gente me pregunta si arriesgarse de nuevo o no por miedo a sufrir, me acuerdo. Me acuerdo de cuando te tenía tan cerca y de la noche a la mañana pasé a tenerte tan lejos. Y tuve que esconderme de mi esperanza a que volvieras, y de ti, y mirarte de lejos. Mirarte y ver como seguías igual, con tu sudadera azul y tus vaqueros desgastados, después de tanto tiempo te notaba tan cerca. Tus manos, el olor de tu cuello, tu mirada, la forma en la que te mordías los labios. Eras el mismo que me sonría, el mismo que ahora sonreía a otra.
   - Parece una locura pero, arriesgarse es lo mejor que puede pasarte en la vida. Aprendes, al contrario, si te quedas quieta, te vas muriendo. Tu tiempo y tú os vais muriendo.

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